Hace tiempo que las barbacoas dejaron de ser territorio exclusivo de la carne. Verduras, pescados y mariscos van ocupando su lugar, o al menos complementándolo. Pero… ¿te atreves con el queso a la parrilla?
Normalmente la idea más común que tenemos para cocinar el queso sin que sea un ingrediente más de la receta es freirlo. Suele hacerse rebozándolo primero y dorándolo en la sartén. Pero existen otras posibilidades, ya que a veces no somos conscientes de la versatilidad de este producto.
Ya os comentábamos hace tiempo que si buscas un plan con amigos o familia en torno a la comida hay alternativas a la barbacoa, por ejemplo hacer raclettes o fondues (si este es tu plan te dejamos aquí algunos consejos). Pero en esta ocasión queremos centrarnos en ella y que, a partir de ahora, dejes un hueco entre chuletones, hamburguesas, chuletillas, costillas, y salchichas para cocinar tu queso a la parrilla.
Trucos para el mejor queso a la parrilla
Tu eres el maestro parrillero y estamos seguros que tienes la suficiente experiencia manejando el fuego y controlando su temperatura -y si no tranquilo, alguno de los invitados que no haya cocinado nunca te dirá cómo hacerlo sin levantarse-. Por eso controlar que el queso se dore pero no se queme corre de tu parte. Pero si podemos decirte los mejores cortes y tipos de queso que puedes usar en tu barbacoa.
Es importante que el queso a la parrilla se dore por fuera y se mantenga casi líquido por dentro, por ello los que mejor funcionan son los quesos jóvenes y cremosos que tengan consistencia. Y, si es posible, que tengan una corteza natural. Respecto al corte para que se cocinen correctamente manteniendo su forma pero derritiéndose por completo en el interior es ideal hacer de unos 7 mm de grosor.
Estos consejos son también válidos para hacer queso a la plancha en casa. Además, en ambos casos, también puedes usar quesos frescos. Aunque este funciona mucho mejor incorporado a una brocheta que incluya también verduras u otros sabores.
En el caso de que vayas a usar un queso provolone lo encontrarás en el supermercado ya cortado. Aunque si sois varios comensales siempre te saldrá más económico adquirir un queso entero y cortarlo. Como curiosidad la provoleta (el provolone a la plancha) es un plato típico de Argentina y, hay que reconocerlo, ellos saben mucho de barbacoas y asados.
Y como último paso del cocinado de tu queso a la parrilla no olvides dar tu toque personal, ya sea acompañándolo de hierbas aromáticas, salpimentándolo, añadiendo AOVE, espolvoreándolo con toque picante…
Que no falte el pan junto a tu queso a la parrilla
Escoger el pan para cada tipo de queso es un aspecto importante que muchas veces pasamos por alto. Si estamos hablando de un queso a la parrilla y por tanto de una experiencia en relación con la naturaleza, un pan rústico sobre el que colocar tu queso justo cuando sale fundente de la barbacoa será una opción acertada. Aunque también son muy útiles los picos y demás panes tostados en pequeño formato para ir untando el queso. Y, por supuesto, puede comerse solamente con cuchillo y tenedor.
Además si quieres darle un sabor extra es el momento de rescatar esa mermelada que hiciste cuando tenías tiempo, o comprar alguna con sabor original para complementar el sabor y el aroma del queso braseado.