Para algunos aún hoy la pasta es ese plato rápido que te preparas cuando no tienes muy claro qué cocinar y no quieres complicarte ¡Y más los macarrones con queso! Para muchos otros, cada vez más, cocinar pasta es casi un ritual culinario en el que encontrar el tipo ideal entre spaguetti, tallarín, macarrón, penne, ñoqui, ravioli… y la salsa perfecta se convierte en un reto personal. Los ingredientes pueden variar, pero hoy vamos a centrarnos en cómo incorporar el queso en recetas de pasta.
Primeros pasos para incluir queso en recetas de pasta
Antes de decidir qué queso usar en tu receta y cómo incorporarlo a ella es importante pensar qué plato queremos cocinar y con qué ingredientes contamos. Obviamente si dispones de pasta fresca (presente en todos los supermercados) o la elaboras en casa repercutirá en un plato más sabroso. Después es importante plantearse cómo marida el queso con el resto de ingredientes. Si por ejemplo es un plato con carne y/o verdura podremos usar quesos con sabor más fuerte incluso algo picante, mientras que si optas por un acompañamiento marinero puedes utilizar quesos más suaves.
Si tienes claro que queso vas a usar es mejor adaptar el resto de ingredientes a él para darle protagonismo en el plato. Y, como te comentamos a continuación incluir queso en recetas de pasta se puede hacer de diferentes formas.
Cómo usar el queso rallado en mis platos de pasta
Lo primero a tener en cuenta es la importancia de rallarlo al momento de su consumo para que mantenga su máximo sabor. Por ello no recomendamos utilizar quesos rallados de bolsa, pero si los vas a usar por favor comprueba en el envase que el producto que has adquirido es de verdad queso porque no siempre es así.
Sabiendo esto toca pensar en qué platos de pasta son más adecuados para usar el queso rallado, que normalmente se servirá en un cuenco a parte para que cada comensal se sirva al gusto. Este formato, si nos atenemos a la cocina tradicional italiana, se puede usar siempre menos en las elaboraciones que lleven pescado o marisco. Pero en algunas recetas destacará más que en otras. Es el caso de las recetas que ya llevan una salsa cocinada; ya sea boloñesa o ragú, tomate, o incluso pesto (que ya lleva queso en su propia elaboración).
Respecto al tipo de queso ideal para rallar normalmente se utilizan quesos curados y duros como el parmesano, el grana padano o el pecorino. Pero puedes usar cualquiera que tengas a mano y del cual te guste su sabor. No recomendamos aprovechar ese queso que no te gusta al natural porque estropearás tu elaboración.
Si en tu caso vas a usar el queso rallado para una receta de pasta gratinada la duda está servida. Puedes utilizar uno de los anteriores y aportar un toque crujiente, o utilizar uno mucho más cremoso para que se funda entre la pasta y se gratine solo la parte superior. Si optas por la segunda opción recomendamos quesos cremosos que incluso pueden añadir algún aroma ahumado o incluir el propio sabor a orégano.
Respecto al método para rallar queso cada maestrillo tiene su librillo, y hay quienes incluso prefieren hacerlo a mano rompiendo el queso a cuchillo en lascas. Pero si tienes un rallador, todo será más fácil. Incluso hay quienes aprovechan su robot de cocina para el rallado, aunque ya que te pones a elaborar una receta tradicional quizás no haga falta esto.
Cómo usar el queso fundido en mis platos de pasta
Incluir el queso en la propia salsa que acompañará nuestra pasta es la otra gran opción. Como comentábamos antes hay salsas como el pesto que ya lo incluyen, incluso otras como la carbonara. De hecho, aquí te dejamos una receta de carbonara tradicional (no, no lleva nata). Normalmente cuando se escoge esta opción es porque estamos buscando una textura cremosa en la receta y, por supuesto, no implica que no le podamos añadir más queso rallado ya en el plato. Siempre, al gusto.
Al estar buscando la cremosidad lo más importante es escoger un queso fundente, que al tenerlo entre nuestras manos podamos moldearlo fácilmente sin que lleguemos a romperlo o derretirlo. Después lo trocearemos en cuadrados y lo incorporaremos a una cazuela con la pasta (ya escurrida) y manteniendo el fuego bajo hasta que lo veamos derretido.
Seguro que si ya eres un experto en platos de pasta tienes tus propios trucos (que por supuesto puedes dejarnos en los comentarios), pero si estás empezando la mejor opción será probar porque la cocina todo es ensayo y error.
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