Cómo hacer una tabla de queso y vino

Nos encanta comer, beber y estar con los amigos, por eso nos lo curramos tanto en las presentaciones que hacemos cuando tenemos invitados a comer o cenar. Pero vamos a ir más allá de una mesa bonita, vamos a suponer que ya habéis cuidado todos los detalles… una buena tabla de quesos cortados de diferentes formas, acompañados de algo de fruta, mermelada, o frutos secos para cambiar de sabor entre queso y queso… ¿Cómo ponemos en escena esos quesos y vinos que hemos comprado y que harán las delicias de nuestros comensales?

Una vez estamos todos sentados a la mesa (o de pies en el aperitivo) dispuestos a hincarle el diente a la tabla de quesos, podemos comenzar haciendo una breve descripción de los quesos que hay en la tabla; en qué orden se deben comer (de más suave a más fuerte), de dónde son, si poseen una DOP, si son de leche cruda o pasteurizada, qué tipo de queso es, alguna característica del producto, alguna curiosidad de su elaboración o de su historia… y ya para rematar, el broche final; con qué vino lo recomendamos. Y si tenemos un público entregado podemos hablarles también del tipo de vino que tienen sobre la mesa. Todo esto lo podemos hacer de viva voz, pero siempre queda más profesional haber impreso una tabla por comensal indicando qué quesos se van a degustar, el orden… ¡se quedarán de piedra!. Eso sí, quizás tengan miedo a invitaros a cenar, porque no hay manera de superar esta puesta en escena, ¿o sí? Dejad volar la imaginación.

Os ponemos un ejemplo, tenéis dos vinos en la mesa para degustar los quesos, un vino blanco afrutado y un vino de oporto que ayudarán a deleitaros con cinco quesos. ¿Cómo preparamos la tabla?

También podemos incluir por detrás de la hoja una tabla con las características del vino, que normalmente podemos encontrar en la página web de la bodega.

Ejemplo: