La competición nos pone, los premios nos ilusionan, los campeones llegan al olimpo, pero… ¿Cuáles son los mejores? ¿son todas las ligas iguales?. Nos planteamos qué requiere un concurso de quesos para tener la oportunidad de jugar la Champion. Cuantos más se presenten más cache tiene la competición, para su difusión requiere ser apoyado por grandes medios, pero para su calidad, requiere de la profesionalización de las catas. En el universo de los quesos, las catas son un mundo, y mediante ellas se llega siempre a la selección de los que se alzarán como vencedores.
En España hay dos concursos de queso que destacan sobre los demás, uno otorgado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Mejores quesos de España) y los Premios Cincho, un concurso que se turnaba (se daban un año cada uno) con el del ministerio para otorgar la célebre designación del mejor queso. Pero que en las últimas ediciones este último ha cogido un tinte más internacional, aumentando el reto de elegir el más deseado, el Cincho de Oro.
No nos olvidamos del Gourmetquesos, que lleva años en el Salón Gourmet de Madrid designando a los mejores quesos de España y que, al igual que los anteriores, aumenta en participación cada año. Aunque quizás sigue un peldaño por debajo de los anteriormente mencionados, está en puestos de pódium.
Y es que la profesionalización de estos premios nos llega a sorprender, como es caso de los Premios Cincho en los que se facilita al jurado un dispositivo móvil con una aplicación desarrollada para votar los diferentes quesos de las catas. A través de esta aplicación se valoran aspecto y consistencia, y se evalúa la apariencia externa e interna, la textura, etc. (se puntúa sobre 10) y el sabor (se puntúa sobre 80). El jurado va clicando en cada categoría donde se despliega un listado informativo con los posibles defectos que puede tener el queso dependiendo del tipo que se esté valorando; ojos, grietas, sabores indeseados…
Fuera de nuestras fronteras tenemos el famoso World Cheese Awards, un concurso que tiene sede en Londres y que en alguna ocasión sale fuera de la capital inglesa para viajar, como en este año 2016 que se celebrará en San Sebastián. Este concurso cuenta con partidarios y detractores, pero no quita que sea el evento de los eventos del mundo del queso y que alzarse en él con una medalla supone gran privilegio y repercusión.
Si tienen un factor en común estos concursos es la categorización de los quesos, dando premios a cada categoría (según tipo de leche, curación…), por que como sabemos no podemos mezclar churras con merinas.
Está claro que se necesita de un jurado ecuánime y conocedor de estos productos en el que premie su imparcialidad ante los gustos, ya que en ellos nunca se sabe la marca del producto, por lo que es difícil que la honestidad del jurado se vea afectada. Se requiere de una estructura de voto justa en la que prime sobre todo el sabor, seguido de la textura y por último de la apariencia y el olor, la cual es difícil de valorar si no se es conocedor del queso que se cata. Porque sabemos que hay apestosos y feos quesos que son una maravilla. Por esto mismo el olor no suele ser un factor a tener en cuenta a no ser que enmascare un defecto y ayude a la valoración final del queso. La apariencia, aunque muchas veces engañosa, también nos puede desenmascarar defectos o virtudes del queso, no tanto en su aspecto externo sino más bien en lo que se denomina el corte del queso.
No se requiere de un premio para valorar un queso, pero el reconocimiento que estos en sus diferentes versiones aportan a un producto siempre será un aval de calidad.